LA ISOYETA DE 800 MM

Víctor M. Ponce

Universidad Estatal de San Diego, California. EE.UU.

vponce@sdsu.edu, poncevm@gmail.com


Introducción

La precipitación terrestre media anual divide los parajes de la Tierra en dos tipos: áridos y húmedos. Por un lado, el desierto de Atacama, en el norte de Chile, es un desierto superárido, con una precipitación media anual de 15 mm, efectivamente el lugar más seco de la Tierra. Por otro lado, Mawsynram, en Meghalaya, en la India oriental es un bosque superhúmedo, con una precipitación media anual de 11 872 mm; de hecho ¡el lugar más húmedo de la Tierra! Éste es un rango muy amplio de variabilidad; sin embargo, la precipitación anual promediada espacial y temporalmente es de aproximadamente 800 mm (Ponce y otros, 2000). Este umbral separa las regiones con precipitaciones inferiores a la media de aquéllas con superiores.


La biósfera

La biósfera se define como aquella parte de la Tierra en la que se desarrolla la vida. Las siguientes propiedades describen la biósfera como región: (1) presenta agua líquida en cantidades considerables, (2) recibe un amplio suministro de energía solar, y (3) tiene importantes interfaces entre los estados líquidos, sólidos y gaseosos de la materia. Se ha demostrado que la vida se desarrolla fácilmente a través de estas interfaces. Todas las plantas necesitan: (1) agua del entorno que las rodea, (2) dióxido de carbono del aire, (3) oxígeno del aire, y (4) una cantidad específica de otros elementos, en solución en el agua contenida en los poros del suelo.

El agua existe en la superficie y el subsuelo de la Tierra en diversos lugares y en cantidades variables, según la estación y el clima, geología y geomorfología. El dióxido de carbono existe en el aire en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades de la vegetación; su valor actual (febrero de 2024) es de 0,0412%, estando sujeto a un incremento gradual y persistente debido al calentamiento global, al cual se le atribuye un origen antropogénico. El oxígeno existe en el aire en aproximadamente un 21%, habiendo fluctuado en gran medida a lo largo del tiempo geológico. El cuarto componente consiste de una variedad de elementos químicos, normalmente en solución en el agua de los poros del suelo; estos elementos, esenciales para la vida, se denominan nutrientes.

Los requisitos fundamentales para la vida vegetal son: (1) energía solar, fuente de toda actividad; (2) dióxido de carbono para la fotosíntesis; (3) agua para el transporte de sólidos a través del sistema vascular de la vegetación; y (4) una amplia gama de nutrientes, lo cual explica la diversidad de la biósfera.


La necesidad de agua

La sustancia más abundante en la biósfera es el agua (H2O). Los océanos, casquetes polares, glaciares, lagos, ríos, suelos y atmósfera contienen 1500 millones de kilómetros cúbicos de agua en una forma u otra. Las inusuales propiedades físicas del agua le confieren una química singular, la cual determina en gran medida su importancia biológica (Penman, 1970).

El agua tiene varias propiedades que facilitan y hacen posible la vida. Las más importantes son (Ponce, 2021):

  • Cuando se somete a enfriamiento, la contracción del agua se detiene a 4°C. A partir de ese momento, hasta el punto de congelación, el agua se expande, disminuyendo su densidad. Por lo tanto, el agua más fría flota sobre el agua más caliente.

  • El mayor calor específico entre los líquidos, es decir, la cantidad de calor necesaria para cambiar la temperatura de 1 kg de agua en 1°C.

  • La mayor tensión superficial de cualquier líquido, de modo que el radio de curvatura de su menisco es mayor que el de cualquier otro líquido. Cuanto mayor sea el radio de curvatura, mayor será el contenido de agua.

  • Su constante dieléctrica es mayor que la de cualquier otra sustancia, lo cual hace que el agua no sea químicamente pura en su estado normal. El agua líquida es una solución iónica que siempre contiene algunos iones de hidrógeno. La concentración de iones de hidrógeno se expresa mediante la escala de pH, la cual varía entre 0 y 14.

  • Un pequeño momento dipolar, el cual mide la electronegatividad de la estructura molecular del agua, permitiendo que el agua disuelva casi cualquier sustancia.

  • Un potencial redox variable, definido como una medida de la afinidad de una sustancia para perder o ganar electrones y, por tanto, oxidarse o reducirse, respectivamente. En ambientes bien oxidados, el potencial redox puede alcanzar hasta +800 mV, mientras que en ambientes extremadamente reducidos puede alcanzar tan sólo -400 mV.


La necesidad de nutrientes

La ecología define la biósfera como el lugar de interacción del hidrógeno, carbono, nitrógeno y oxígeno. En la Tabla Periódica de los Elementos, el hidrógeno, carbono, nitrógeno y oxígeno. están numerados 1, 6, 7 y 8, respectivamente. Si se amplia esta lista para incluir fósforo (15) y azufre (16), se tendrá una relación de seis de los dieciséis elementos más ligeros, los cuales conforman el acrónimo NCHOPS. En conjunto, estos seis elementos constituyen aproximadamente el 98% en peso de la biósfera.

La biosfera se compone principalmente de dióxido de carbono (CO2) y agua (H2O). El nitrógeno, un componente importante de las proteínas, es sorprendentemente escaso, alrededor del 0,5%. Cuando se queman, los constituyentes de las cenizas biosféricas constituyen aproximadamente el 1,2% del peso original. Los elementos dominantes son el calcio, el potasio, el silicio y el magnesio, todos con funciones bioquímicas importantes.

Los tres elementos principales de la biósfera, oxígeno, carbono e hidrógeno, constituyen el 98,4% en peso. El resto está representado por los nutrientes. Encabeza la lista el nitrógeno, seguido del calcio, potasio, silicio, magnesio, azufre, aluminio, fósforo, cloro, hierro, manganeso y sodio. Obsérvese que la biósfera es a la vez húmeda y carbonácea. Una sola clase de compuestos, el formaldehído (CH2O) y sus polímeros, constituye más del 98% del peso total. De acuerdo a Deevey (1970), la fórmula empírica de la materia viva es H2960O1480C1480N16P1.8S.

En resumen, observamos las siguientes conclusiones sobre la composición de la biosfera: (1) la abrumadora presencia de formaldehído (CH2O), y (2) la presencia de una gama de nutrientes, todos elementos ligeros, en su mayoría con un peso atómico inferior a 17, pero ciertamente inferior a 27. Otros nutrientes, presentes como micronutrientes, con sus pesos atómicos indicados entre paréntesis, incluyen cromo (24), cobalto (27), níquel (28), cobre (29), zinc (30), selenio (34) y molibdeno (42).


El clima y los seres humanos

A principios de 2024, la población mundial alcanzó los 8 mil millones. El género humano está distribuido en todos los continentes y climas del mundo. El 62% de la población mundial vive en regiones húmedas, con una precipitación media anual superior a 800 mm; el resto, el 38%, vive en regiones áridas, con menos de 800 mm (Klinger y Ryan, 2022). También se documenta que el 70% de la población (27% semiárida + 43% subhúmeda) vive en los lugares comprendidos por las isoyetas de 400 y 1600 mm. Concluimos que los seres humanos, en general, tienen una ligera preferencia por las regiones húmedas. Aproximadamente seis de cada diez personas viven en regiones húmedas.

El razonamiento anterior se relaciona con la cantidad de humedad ambiental. Constituye una valoración correcta de la realidad del clima, al menos en lo que a cantidad de agua se refiere. Sin embargo, no considera los suelos subyacentes. Los suelos de las regiones áridas generalmente no han sido lixiviados por grandes cantidades de precipitación y el flujo superficial/subsuperficial asociado; por lo tanto, se han mantenido incólumes con el tiempo, conservando la mayoría, si no todos sus nutrientes.

Obsérvese que tanto el agua como los nutrientes son necesarios para el buen funcionamiento de la biósfera. Ésta necesita agua en cantidades específicas y nutrientes de diversos tipos. ¿Cuál es el término medio, aquél que proporciona suficiente agua para las necesidades de las plantas, junto con una cantidad suficiente y tipos de nutrientes que les permitan, juntos agua y nutrientes, cumplir con el propósito de la biósfera?


La isoyeta de 800 mm

Una isoyeta es una curva que muestra "igual precipitación" en unidades de profundidad, generalmente en milímetros. En la hidrología de aguas superficiales, la curva de isoyetas, o simplemente "isoyeta", se utiliza normalmente para representar la precipitación media anual, en mm/año. La isoyeta de 800 mm constituye el umbral entre los climas áridos y húmedos. Más precisamente, es el límite entre una región semiárida, en el rango de 400-800 mm, y una subhúmeda, en el rango de 800-1600 mm (Ponce y otros, 2000).

Las regiones áridas generalmente tienen menos agua y humedad y, por lo tanto, presentan suelos relativamente no lixiviados. Cuanto más árida sea la región, es probable de que existan más nutrientes, tanto en cantidad como en calidad, en el perfil del suelo. Por el contrario, las regiones húmedas tienen más agua y humedad, y en el tiempo geológico se ha producido una considerable lixiviación del suelo. Cuanto más húmeda es la región, más probable es que los suelos carezcan de una gran cantidad de nutrientes. Esta realidad ambiental ha sido ampliamente documentada (Ponce, 2023).

La humanidad se enfrenta a este dilema: Cuanto más árida es la región, menos agua hay; por otro lado, cuanto más húmeda es la región, menos nutrientes hay. Se necesitan tanto cantidades adecuadas de agua como nutrientes para el correcto funcionamiento de la biosfera. Se postula aquí que la disponibilidad de ambos recursos es probable que sea óptima en o cerca a la isoyeta de 800 mm.

Una región bastante más seca que lo óptimo (por ejemplo, menos de 400 mm) tendrá un buen suministro de nutrientes de todo tipo, incluidos los que son muy necesarios para la vegetación (entre ellos, potasio y magnesio), y aquéllos que tal vez no sean necesarios en las cantidades en las que están presentes (particularmente sodio y calcio). Por lo tanto, habrá que desperdiciar estos últimos, creando un problema de eliminación de sales residuales que, en la mayoría de los casos, resulta ser bastante onerosa. Al respecto, es necesario recalcar que las sociedades deben ser capaces de asumir el costo de la disposición adecuada de las sales residuales producidas por la irrigación (ASCE Manual 71, 2012; Ponce, 2023).

Por el contrario, una región bastante más húmeda que lo óptimo (por ejemplo, más de 1600 mm) tendrá un suministro de agua garantizado, pero los nutrientes pueden faltar en cantidad y calidad, una situación que claramente no es del todo adecuada para la productividad de la agricultura. Concluimos que una región en o cerca de la isoyeta de 800 mm es aquélla en la cual el suministro tanto de agua como de nutrientes es probable que sea óptimo; por lo tanto, es una región más adecuada para el bienestar y el progreso de la especie humana. Para permitir cierta latitud, puede considerarse razonable un rango de 400 a 1600 mm de precipitación media anual.

Las consideraciones anteriores no infieren que deban evitarse las regiones fuera del rango de 400 a 1600 mm. Más bien, sugieren que el asentamiento de regiones áridas y húmedas en estos casos resultará más costoso, probablemente de una manera hasta ahora imprevista. Esto puede resultar en costos tangibles adicionales y/u otros efectos negativos que podrían estar, por el momento, algo ocultos en la mira usual de la salud pública y ambiental.


Resumen

Se ha demostrado que tanto el agua como los nutrientes son necesarios para el funcionamiento adecuado de la biósfera. Los climas globales suelen clasificarse en términos generales en: (1) áridos, y (2) húmedos; árido para una precipitación media anual inferior a 800 mm; húmedo para más de 800 mm. Seis de cada diez personas viven en regiones húmedas, lo que revela la ligera preferencia del ser humano por los ambientes húmedos. Las regiones muy áridas carecen de agua; por el contrario, las regiones muy húmedas carecen de nutrientes. Se observa que la isoyeta de 800 mm, el umbral entre las regiones áridas y húmedas, parece poseer una combinación óptima de agua y nutrientes: (1) abundante agua para satisfacer las demandas de la vegetación, y (2) una diversidad de nutrientes, tanto en cantidad como en calidad, para satisfacer las necesidades del ecosistema.

En conclusión, la vida cerca de la isoyeta de 800 mm puede ser en general más saludable para la vida humana, y ciertamente más sostenible. Se reducirá la cantidad de insectos y otras plagas, al mismo tiempo que se reducirá la necesidad de tener que disponer de sales residuales adicionales. Cabe anotar que estas últimas se producen por la percibida necesidad de irrigar las tierras áridas para satisfacer la creciente demanda de alimentos.


Referencias

American Society of Civil Engineers, 2012. Agricultural Salinity Assessment and Management. ASCE Manuals and Reports on Engineering Practice No. 71.

Deevey, E. S. 1970. Mineral Cycles. Scientific American, Vol. 223, No. 3, Septiembre, 149-158.

Klinger, B. A., and S. J. Ryan. 2022. Population distribution within the human climate niche. PLOS Climate, 1(11).

L'vovich, M. I. 1979. World water resources and their future. American Geophysical Union, Washington, D.C.

Penman, H. L. The Water Cycle. Scientific American, Vol. 223, No. 3, Septiembre, 99-108.

Ponce, V. M. 1988. Ultimate sediment concentration. Proceedings, National Conference on Hydraulic Engineering,
Colorado Springs, Colorado, 311-315.

Ponce, V. M., R. P. Pandey, y S. Ercan. 2000. Characterization of drought across climatic spectrum. Journal of Hydrologic Engineering, ASCE, Vol. 5, No. 2, Abril, 222-224.

Ponce, V. M. 2021. Las propiedades del agua. Artículo en línea. https://ponce.sdsu.edu/propiedades_del_agua.html

Ponce, V. M. 2023. Is the irrigation of arid lands a double-edged sword? Artículo en línea.
https://ponce.sdsu.edu/irrigation_double_edged.html

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